Tuesday, July 27, 2010

Sin Cristo No Hay Evangelio. La Centralidad De Cristo En Las Escrituras.

“Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” (Romanos 5:1-2)


Somos lo que en inlgés llaman “gospel-people” (un pueblo del evangelio), “New Covenant-people” (un pueblo del Nuevo Pacto). Nunca debemos olvidar que vivimos de este lado de la cruz. Ya vino el Mesías que había de venir, en quien el pueblo del Antiguo Testamento tenía su esperanza puesta por siglos. Cristo es Aquel a quien apuntaban las prescripciones de la ley, y en quien fueron cumplidas todas estas prescripciones de la ley (Mateo 5:17). Nada es más importante para nosotros que aprender a vivir en el evangelio y predicarnos el evangelio todo el tiempo. Es importante que nosotros entendamos la importante transición del Antiguo Pacto (La Ley) al Nuevo Pacto (La Gracia).

Cuando hagamos esto debemos tener cuidado de no vivir y predicar un evangelio sin Cristo. Pues a través de Cristo es que la ira de Dios es removida de nosotros y puesta sobre El, y la justicia de Dios es completamente satisfecha.
Parece fácil pensar que somos salvos por la gracia, y luego querer volver a vivir tratando de satisfacer la justicia de Dios según las obras de la ley. Pero al final esto nos costará todo. Esto es precisamente lo que Pablo condena en las iglesias en Romanos 2:25-29; 3:28:30, Gálatas 2:11-21, Gálatas 3 y Colosenses 2. Creyentes que habían conocido la gracia a través de Cristo (El Nuevo Pacto) y que en la práctica querían regresar a vivir según la ley (El Antiguo Pacto).

En Romanos 3:24, Pablo dice que somos justificados por gracia, refiriéndose a lo que conocemos como el momento en que fuimos salvos, el día que confiamos en Cristo como Señor y Salvador. Pero también en Romanos 5:2, Pablo habla de la “gracia en la cual estamos firmes”. Pablo se refiere a que nuestro día a día delante de Dios descansa sobre el mismo fundamento que nuestra justificación — sobre la base de la gracia. Pero esta gracia, tanto para salvación como para nuestra vida diaria nos es concedida a través de Jesucristo, no sobre la base de nuestra frágil obediencia a las demandas de la ley.
El acercarse al Antiguo testamento y las prescripciones de la ley divorciándoles de la realidad central de la cruz y sin el propósito de conducir al pueblo hacia Cristo, de manera que sean justificados por medio de la fe (Gálatas 3:24) y vivan en Su gracia sobre la cual estamos firmes (Romanos 5:2), es un mensaje distorsionado de las Escrituras. Esta es la escencia de la Biblia. Todo en el Antiguo Pacto y en el Nuevo Pacto apunta a la centralidad de Cristo en nuestras vidas.

1 comment:

  1. Amen. Si no entendemos eso, luego el evangelio no es evangelio y por consecuencia no hay poder de Dios para salvacion sino manipulacion y legalismo.

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